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Pre-cáncer de cuello uterino, diagnóstico y tratamiento

El precáncer de cuello uterino se refiere a la presencia de células anormales en el cuello uterino que, aunque todavía no son cancerosas, tienen el potencial de convertirse en cáncer invasivo si no se tratan. Estas alteraciones celulares son casi siempre causadas por una infección persistente con tipos de Virus del Papiloma Humano (VPH) de alto riesgo.

Es fundamental entender que el precáncer generalmente no causa síntomas. Por eso, las pruebas de detección son cruciales para identificarlo y tratarlo a tiempo, previniendo así el desarrollo del cáncer de cuello uterino.


Tipos de Precáncer de Cuello Uterino

Las células anormales en el cuello uterino se clasifican según la gravedad de los cambios. La terminología más utilizada es la Neoplasia Intraepitelial Cervical (NIC), que se clasifica en grados:

  • NIC 1 (CIN 1 o Lesión Escamosa Intraepitelial de Bajo Grado – L-SIL):
    • Indica cambios leves en las células del cuello uterino.
    • Muchas veces, estas lesiones desaparecen por sí solas, especialmente en mujeres jóvenes, ya que el sistema inmunitario puede combatir la infección por VPH.
    • El riesgo de progresión a cáncer es bajo.
  • NIC 2 (CIN 2 o Lesión Escamosa Intraepitelial de Alto Grado – H-SIL):
    • Muestra cambios moderados en las células.
    • Existe un mayor riesgo de que estas lesiones progresen a cáncer si no se tratan.
  • NIC 3 (CIN 3 o Lesión Escamosa Intraepitelial de Alto Grado – H-SIL, o Carcinoma in situ):
    • Representa cambios severos o es considerado un «carcinoma in situ», lo que significa que hay células cancerosas, pero aún no han invadido las capas más profundas del tejido.
    • Tiene un alto riesgo de progresar a cáncer invasivo y siempre requiere tratamiento.

Diagnóstico del Precáncer de Cuello Uterino

El precáncer de cuello uterino se detecta principalmente a través de programas de cribado y pruebas complementarias:

  1. Prueba de Papanicolaou (Citología Cervical o Prueba de Pap):
    • Es la prueba de cribado más común. Se recolectan células del cuello uterino para examinarlas bajo un microscopio en busca de anomalías. Un resultado anormal del Papanicolaou (como ASCUS, LSIL, o HSIL) indica la necesidad de más pruebas.
  2. Prueba del VPH (Detección de ADN del VPH):
    • Busca la presencia del ADN de los tipos de VPH de alto riesgo (oncogénicos) que pueden causar el precáncer y el cáncer.
    • A menudo se realiza junto con el Papanicolaou (co-testeo) o como prueba primaria de cribado, especialmente en mujeres mayores de 30 años.
  3. Colposcopia:
    • Si los resultados del Papanicolaou o la prueba de VPH son anormales, se realiza una colposcopia. El médico usa un colposcopio, un instrumento con una lente de aumento y una luz, para examinar el cuello uterino de cerca. Se pueden aplicar soluciones (ácido acético y yodo) para resaltar las áreas anormales.
  4. Biopsia Cervical:
    • Durante la colposcopia, si se observan áreas sospechosas, se toma una pequeña muestra de tejido (biopsia) para que un patólogo la examine bajo el microscopio. Esto es lo que confirma el diagnóstico de precáncer y determina su grado (NIC 1, 2 o 3).
    • Los tipos de biopsia pueden incluir la biopsia dirigida por colposcopia, la biopsia en cono (conización) o la biopsia con asa electroquirúrgica (LEEP/LEETZ).

Tratamiento del Precáncer de Cuello Uterino

El tratamiento depende del grado de la lesión, la edad de la paciente, su deseo de futuros embarazos y otros factores:

  • Observación (Espera Vigilante):
    • Para NIC 1, especialmente en mujeres jóvenes, a menudo se prefiere la observación. El médico puede recomendar Papanicolaous y/o pruebas de VPH de seguimiento para ver si la lesión desaparece por sí sola, lo que ocurre en muchos casos.
  • Procedimientos de Ablación (Destrucción):
    • Estos procedimientos destruyen las células anormales sin extirpar el tejido. Se usan para lesiones superficiales.
      • Crioterapia: Congela y destruye las células anormales utilizando una sonda muy fría.
      • Vaporización con láser: Utiliza un rayo láser para quemar y destruir las células afectadas.
  • Procedimientos de Escisión (Extirpación):
    • Estos procedimientos extirpan el tejido anormal y se utilizan para lesiones más severas (NIC 2, NIC 3) o cuando los métodos de ablación no son adecuados.
      • Procedimiento de Escisión Electroquirúrgica con Asa (LEEP/LEETZ): Es uno de los tratamientos más comunes. Se utiliza un asa de alambre delgada calentada eléctricamente para cortar y extirpar la capa de tejido anormal. Es rápido y efectivo.
      • Conización Cervical (Biopsia en Cono): Se extirpa una sección de tejido en forma de cono del cuello uterino, que incluye las células anormales. Puede realizarse con bisturí frío o láser. Se usa para lesiones más extensas, si se sospecha que la lesión se ha extendido más profundamente, o si los márgenes de un LEEP no son claros.

Riesgos y Pronóstico

El principal riesgo del precáncer de cuello uterino es su progresión a cáncer invasivo si no se diagnostica y trata a tiempo. Los factores que aumentan este riesgo incluyen:

  • Infección persistente por VPH de alto riesgo: Especialmente los tipos VPH 16 y 18.
  • Fumar: El tabaquismo debilita el sistema inmunitario y dificulta la eliminación del VPH.
  • Sistema inmunitario debilitado: Por ejemplo, debido a una infección por VIH o el uso de medicamentos inmunosupresores.
  • Lesiones de alto grado (NIC 2, NIC 3): Tienen una mayor probabilidad de progresar que las de bajo grado (NIC 1).

El pronóstico del precáncer de cuello uterino es excelente si se detecta y trata a tiempo. La mayoría de las mujeres tratadas por NIC 2 o NIC 3 tienen una excelente tasa de curación y rara vez desarrollan cáncer invasivo.


Prevención del Precáncer y Cáncer de Cuello Uterino

La prevención es fundamental y se basa en dos pilares principales:

  1. Vacunación contra el VPH:
    • Es la medida más efectiva para prevenir la infección por los tipos de VPH de alto riesgo que causan la mayoría de los precánceres y cánceres de cuello uterino.
    • Se recomienda en la adolescencia (generalmente entre los 9 y 14 años, antes del inicio de la actividad sexual) y en adultos jóvenes.
  2. Detección Temprana (Cribado Regular):
    • Realizar el Papanicolaou y/o la prueba de VPH de forma regular, según las guías médicas y la edad. Estas pruebas permiten identificar las lesiones precancerosas antes de que se conviertan en cáncer, o el cáncer en etapas muy iniciales, cuando es más fácil de tratar.
    • Incluso si estás vacunada contra el VPH, debes seguir haciendo tus controles, ya que la vacuna no protege contra todos los tipos de VPH que pueden causar cáncer.
  3. Hábitos Saludables:
    • No fumar: Evitar el tabaco reduce el riesgo de progresión de las lesiones.
    • Practicar sexo seguro: El uso de preservativos puede reducir el riesgo de transmisión del VPH y otras ITS, aunque no protege completamente.

Si tienes dudas sobre tus pruebas de detección o los resultados, no dudes en conversarlo con tu ginecólogo.