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Diagnóstico y Tratamiento de pólipos

El diagnóstico de pólipos ginecológicos es un proceso que se realiza mediante una combinación de evaluación de los síntomas, exploración física y, principalmente, pruebas de imagen y procedimientos mínimamente invasivos. Los pólipos son crecimientos anormales de tejido que pueden aparecer en diferentes partes del sistema reproductor femenino, siendo los más comunes los pólipos uterinos (o endometriales) y los pólipos cervicales.

Síntomas que pueden indicar la presencia de pólipos:

Es importante destacar que muchos pólipos, especialmente los pequeños, son asintomáticos y se detectan de manera incidental durante una revisión ginecológica de rutina. Sin embargo, cuando presentan síntomas, estos pueden incluir:

  • Sangrado vaginal anormal:
    • Sangrado entre períodos menstruales (metrorragia).
    • Períodos menstruales muy abundantes (menorragia).
    • Períodos menstruales irregulares en duración e intensidad.
    • Sangrado vaginal después de la menopausia (siempre debe ser evaluado).
    • Sangrado después de las relaciones sexuales (especialmente con pólipos cervicales).
  • Secreción vaginal anormal: Flujo blanquecino o amarillento (leucorrea).
  • Dolor: En algunos casos, pólipos grandes pueden causar molestias o dolor abdominal, aunque es menos común.
  • Infertilidad o abortos de repetición: Los pólipos uterinos pueden dificultar la implantación del embrión, afectando la capacidad de concebir o de mantener un embarazo.

Métodos de diagnóstico ginecológico:

  1. Exploración Ginecológica (Examen con espéculo vaginal):
    • En el caso de los pólipos cervicales, el ginecólogo a menudo puede visualizarlos directamente durante un examen con espéculo. Suelen ser rosados, brillantes y de menos de 1 cm, aunque pueden ser friables (sangrar fácilmente al contacto).
    • En el caso de los pólipos uterinos (endometriales), no suelen ser visibles en un examen de rutina, a menos que se hayan deslizado a través del cuello uterino hasta la vagina.
  2. Ecografía Transvaginal:
    • Es el método inicial más común para detectar pólipos uterinos. Se introduce una sonda delgada en la vagina que emite ondas sonoras para crear una imagen detallada del útero y sus estructuras internas.
    • Un pólipo puede aparecer como un engrosamiento del revestimiento uterino (endometrio) o como una masa claramente definida.
    • A veces se complementa con Doppler para evaluar el flujo sanguíneo del pólipo, lo que puede ayudar a diferenciarlo de otras afecciones.
  3. Histerosonografía (Sonohisterografía o Ecografía con infusión salina):
    • Considerada más precisa que la ecografía transvaginal sola para pólipos uterinos.
    • Se inyecta una solución salina (agua salada) estéril en el útero a través de un pequeño catéter que se inserta por el cuello uterino.
    • La solución salina distiende la cavidad uterina, permitiendo una visualización mucho más clara del endometrio y resaltando la presencia de pólipos o cualquier otra anomalía.
  4. Histeroscopia:
    • Es el «estándar de oro» para el diagnóstico y tratamiento de los pólipos uterinos.
    • Consiste en introducir un histeroscopio (un tubo delgado y flexible con una cámara y una fuente de luz) a través de la vagina y el cuello uterino hasta el útero.
    • Permite al ginecólogo visualizar directamente el interior del útero en una pantalla, identificar el número, tamaño y ubicación de los pólipos.
    • La histeroscopia no solo es diagnóstica, sino también terapéutica, ya que permite la polipectomía (extirpación del pólipo) al mismo tiempo, a menudo como un procedimiento ambulatorio.
  5. Biopsia Endometrial (o Biopsia del pólipo):
    • Aunque la mayoría de los pólipos son benignos, existe un pequeño riesgo de que sean precancerosos o cancerosos (especialmente en mujeres posmenopáusicas o en tratamiento con tamoxifeno).
    • Durante una histeroscopia, o incluso mediante un procedimiento de succión, se puede tomar una pequeña muestra de tejido del pólipo o del revestimiento uterino para ser analizada en el laboratorio (estudio histopatológico). Esto es crucial para descartar malignidad.
  6. Citología cervical (Papanicolaou):
    • Si bien no diagnostica directamente los pólipos, un Papanicolaou anormal puede llevar a una evaluación adicional que revele la presencia de pólipos cervicales.

Diferenciación con otras patologías: Es importante que el ginecólogo diferencie los pólipos de otras afecciones ginecológicas que pueden causar síntomas similares, como los miomas uterinos (fibromas), la hiperplasia endometrial (engrosamiento del endometrio) o incluso el cáncer de endometrio. Cada una de estas condiciones tiene características distintas que el médico evaluará durante el proceso diagnóstico.

Cuándo consultar al médico: Se debe buscar atención médica si se experimenta cualquier tipo de sangrado vaginal anormal, especialmente después de la menopausia, sangrado entre períodos, períodos inusualmente abundantes o irregulares, o si hay dificultad para concebir. La detección temprana es fundamental para un manejo adecuado y para descartar cualquier patología más grave.